El episcopado del obispo Thomas Tobin marcado por declaraciones 'abiertas' a favor de la vida y de la familia

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El Obispo Thomas J. Tobin ha sido conocido durante mucho tiempo como una voz franca contra la injusticia del aborto en los Estados Unidos. Durante las elecciones presidenciales y fuera de año, ha declarado abiertamente que los católicos no pueden de buena conciencia votar por candidatos que activamente apoyan el aborto. Criticó al futuro presidente Joe Biden por sus opiniones a favor del aborto durante su campaña presidencial en 2020. En 2021, emitió un comunicado expresando su decepción e incluso indignación por la postura del representante del segundo distrito del Congreso James Langevin (y otros políticos católicos) sobre el aborto en los Estados Unidos.
Acerca de sus palabras y acciones sinceras, Lisa Cooley, coordinadora de la Oficina diocesana del Ministerio de la Familia y la Vida, dijo: “El Obispo Tobin siempre habló abiertamente acerca de que la Iglesia es pro-vida y habló con frecuencia sobre cuestiones pro-vida y enseñanzas de la Iglesia… Habló cuando sabía que traería una reacción violenta, pero eso no le impidió decir la verdad”.
Cooley dijo que el Obispo Tobin demostró sus convicciones pro-vida con su asistencia regular a eventos diocesanos anuales como el inicio de la Campaña 40 Días por la Vida, el Día del Recuerdo, el Día de la Sociedad de la Vida Humana y el Domingo de la Cadena Nacional por la Vida. Aunque solo ha estado sirviendo durante los últimos tres años del episcopado del Obispo Tobin, le dió las gracias por “ser un pastor bueno y fiel”.
A su llegada a Providence, el Obispo Tobin fundó Human Life Guild (Sociedad de la Vida Humana). Jean Ernster, miembra de la Sociedad desde hace mucho tiempo y coordinadora del Ministerio Respeto a la Vida para la parroquia de St. Luke en Barrington, describe el trabajo del ministerio como una organización “que se esfuerza por construir una cultura de vida a través de sus miembros y es un vehículo para programas que sirven a aquellos que necesitan la misericordia de Dios, como el programa de asistencia a madres expectantes de St. Gabriel’s Call y los retiros y consejería de sanación post-aborto de Rachel’s Vineyard. La Sociedad brinda a los feligreses un camino para convertirse en 'Gente de vida' poniendo su fe en acción”.
Ella continuó: “El Consejo Asesor de la Sociedad ha inspirado muchas ideas que han sido implementadas por nuestro apostolado de Respeto a la Vida para cultivar una conciencia Pro-vida y oportunidades educativas”, incluyendo presentaciones sobre la muerte natural y brindando información a los votantes sobre cuestiones legislativas.
Su contribución más conocida, según Ernster, podría ser “el Baby Shower anual de St. Gabriel’s Call para beneficiar el programa de asistencia Proyecto Gabriel de la diócesis. Este evento es un esfuerzo cooperativo y vivificante que involucra a casi todos los ministerios y feligreses en algún aspecto para recolectar, y entregar innumerables contribuciones de suministros materiales como pañales, ropa para bebés y niños pequeños, edredones hechos a mano y tarjetas de regalo a la diócesis para su distribución a los padres de bebés que necesitan ayuda”.
Además, cada año, Sociedad organiza una Misa en la que se honra a las personas de la comunidad local por su defensa de la vida y en la que “el Obispo Tobin siempre animó a su rebaño con palabras de aliento”. Ernster también habló de su presencia en marchas y servicios de oración, en particular los que se realizan frente a la clínica de abortos.
“Estamos agradecidos de que el Obispo Tobin haya sido un pastor valiente y un firme modelo a seguir en la promoción y defensa de las enseñanzas católicas sobre la dignidad y la santidad de toda vida humana”, concluyó.
Las creencias pro-vida del obispo también se extendieron más allá del útero. Judy Costa, otra miembro de la sociedad, habló sobre el apoyo “extraordinario” del Obispo Tobin a todos los necesitados.
“Él defendió los problemas prácticos de la vida cotidiana, como su apoyo a las despensas de alimentos, asistencia de calefacción, la salud mental, y un refugio para las personas sin hogar”, dijo al Rhode Island Catholic. “Él apoyó nuestros esfuerzos para caminar con padres que recibieron un mal diagnóstico prenatal y aquellos que lucharon en matrimonios abusivos”.
A lo largo de sus 23 años trabajando con mujeres que han abortado a través de Rachel's Vineyard, Costa ha visto al Obispo Tobin demostrar consuelo y compasión hacia las mujeres que tomaron la lamentable decisión de abortar a sus hijos por nacer. “Él nunca vaciló en su apoyo financiero y de oración para las personas que buscaban la sanación del dolor y la pena de su decisión de abortar”.
Las creencias se convirtieron concretamente en acción para el obispo en 2015. Cuando un niño por nacer llegó a la planta de tratamiento de aguas residuales de Bucklin en enero de ese año, el obispo Tobin solicitó permiso para ofrecer un entierro cristiano adecuado para el "bebé Francis".
Después de una investigación de cinco meses, el cuerpo del bebé fue entregado a la Diócesis de Providence y se llevó a cabo una Misa de entierro cristiano el 10 de junio, poniendo al bebé para que descanse en el cementerio Gate of Heaven en East Providence. Aunque se sabía poco sobre el niño y nada sobre cómo había terminado en la planta de filtración de agua, el obispo creía firmemente que “todos los niños tienen el rostro de Jesús, este niño también”.
El “bebé Francis”, y quienesquiera que fueran sus padres, merecían oraciones. El propio obispo eligió el nombre del bebé, en honor al Papa y sus esfuerzos por hacer que el aborto fuera impensable en la sociedad moderna. Boyle Funeral Home donó el pequeño ataúd blanco adornado con una placa que dice simplemente "Baby Francis 2015"; la Oficina diocesana de Cementerios Católicos donó el terreno para el entierro del niño.
Más allá de los temas pro-vida, el Obispo Tobin se pronunció también de forma clara y categórica por el matrimonio tradicional y la vida familiar.
Sin embargo, en una entrevista de 2020 con el Providence Journal, el Obispo Tobin declaró que: “Sé que estos son temas delicados”, dijo, “pero no soy una persona que promueva odio o enojo”. Expresó su amor por las personas que sienten atracción por el mismo sexo, pero su determinación de no retractarse de las enseñanzas de la Iglesia.
Independientemente de la controversia que sus palabras pudieran causar y que a veces causaron, el Obispo Tobin entendió bien todo el peso de sus acciones, sus obligaciones para con Dios y las personas a las que servía. “Si no llamo la atención de la gente”, dijo el Obispo Tobin en esa misma entrevista, “aunque sea negativa, probablemente no esté haciendo mi trabajo”.
“El objetivo no es lastimar a la gente, es compartir las enseñanzas de Cristo”.
Aquellos que dEfienden y abogan por la vida humana, elogiaron sus esfuerzos por defender a los no nacidos, incluso más allá del ámbito del mundo católico. El director ejecutivo del Derecho a la Vida de Rhode Island, Barth E. Bracy, declaró que: “El Obispo Tobin fue para el movimiento pro-vida en los Estados Unidos lo que el obispo Clemens von Galen fue para el movimiento de oposición en Alemania. Muchos de nosotros en el movimiento pro-vida apreciamos profundamente la claridad y el coraje con los que este León de Providence habló de manera tan consistente”.